martes, 31 de julio de 2012

HombreLobo








































-Dentellada, -Níveo, -Luna llena, -Ansia, -Pariente, -Cacería, -Mérito, -Frondoso, -Hoguera, -Cachorro

Aullidos.

Resuenan en mi cabeza, y se entremezclan con los latidos de mi corazón, que bombea sangre frenéticamente ; casi noto que mi cabeza va a estallar.

Mis pulmones apenas pueden retener aire, aturdiendo mis sentidos.

Caigo de rodillas sobre la nieve, y sollozo, asustada, angustiada, porque cada vez le oigo más cerca…. El pavor que causa en mí es tan intenso que creo moriré con el corazón destrozado por el terror.

La luna llena aparece en la oscura bóveda, y me alumbra, me mira como si se riera de mí.

Sus rayos delinean un paisaje níveo, hermoso y escalofriante, en el cual estoy… perdida. Me pregunto si encontraran aquí mi cuerpo.

Pongo atención a los sonidos de aquella noche. No oigo nada ya, pero no me hago ilusiones. El ansia es lo que le mantiene en pie, sabe que disfruta con aquél juego… la cacería de una humana frágil, débil, que alguna vez le amó.

Sollozo amargamente¡¡no puedo creerlo¡¡¡¡Es todo tan irreal!!!

Clavo mis uñas en mis muslos, y el dolor es punzante, pero, hace que me levante, porque el sueño me estaba empezando a vencer.

Olisqueo el aire, y me parece detectar un aroma a leña quemada, carne asandose y tal vez algún que otro gritito de satisfacción.

Así que saco fuerzas de flaqueza, sintiendo un pinchazo en la nuca. Alguien, o mejor dicho, algo me observa.

Echo a correr otra vez, como alma que lleva el diablo, y oigo tras de mí las pisadas de unas pezuñas a cuatro patas, que se hunden en la nieve y avanzan, avanzan, avanzan…

Gimoteo. Lloro. Y le recuerdo.

Un pariente cercano, dijeron. Un muchacho tímido, dulce, que se sentía solo, y al que daban ganas de proteger, en verdad.

Pero eso fue mi pérdida más absoluta, mi error más tremendo.

Confiar.

Mis piernas y mis brazos se llenan de arañazos, lucho contra el frondoso bosque, al que escucho carcajearse en mi cabeza.

- ¡¡¡¡¡MALDITO SEAS!!!!! - grito a quien me esté escuchando, llena de rabia, y tropiezo por a saber cual vez, trastabillo pero me pongo en pie otra vez.

Cojeo, me duele el tobillo, creo que me lo he torcido… gimoteo, pero sigo huyendo.

Allá delante veo, por fín, las llamas de una hoguera, y me alegro, ha sido mérito mío y de mi esfuerzo… ¡¡estoy a salvo!!

Quiero gritar, pero mi voz no surge de mi garganta. Me duele, y me llevo las manos a ella, intentando darle calor. Pienso que así podré hablar.

Y… todo sucede deprisa.… demasiado.

No le escuché llegar, pero siento cómo cae sobre mí, y veo lo que parece ser un cachorro, pero con dientes tan afilados que sé que dolerá. Demasiado.

Siento una dentellada en el cuello, y el dolor es indescriptible. Miro hacia donde la hoguera crepita, y no hay nadie, nadie que me pueda escuchar, ni que pueda salvarme….

El gorjeo de la sangre escapando de la herida disimula mis quejidos, y mis fuerzas flaquean, y se desvanecen… junto a todo a mi alrededor.

Al final, oscuridad. Mis pulmones ya no traen aire. No oigo nada…. Estoy.. tan… sola….



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