martes, 31 de julio de 2012

Vampira sedienta



































Desafío 3:

Ámbar, léxico, matiz, guadaña, inverosímil, famélico, órganos, luz, hermana, destino.

1 de vampiros.


Paseaba tranquilamente, entre tumbas embellecidas por el paso del tiempo, o por lo menos desde su punto de vista así era.

Buscó con la mirada la que llevaba el nombre de Pamela.

La adoptó años atras, y siempre decía que había sido su hermana. Y que el destino les había jugado una mala pasada.

Lloriqueaba entonces, contando cómo tragicamente habían acabado sus huesos bajo aquella parcela de tierra húmeda. Aunque en verdad, ella fué la que acabó con la pequeña. Sólo que se contaba a sí misma mentiras.

Prefería creer que nunca la había conocido ni asesinado. Para sí misma, claro.

Para los demás, aquellos restos eran su hermana. Su linda, virginal y dulce hermana...

Situación inverosímil, pero... la había asumido totalmente.

Se dejó caer sobre la lápida. Total, no podía sentir dolor.

Observó la pequeña cruz ámbar dibujada en relieve en la pidra, y la guadaña de alabastro que posteriormente había hecho colocar. Nadie lo notaría.

Delineó las figuras con sus dedos, de largas uñas, deseando que ella volviera a la vida.

Recordó los alaridos de la chiquilla, cuando hundió sus colmillos en su cuello, alimentandose de ella.

Y otro recuerdo vago, el de haber sido tentada a crearla de nuevo, a otorgarle una vida inmortal... Pero todos sabían que un vampiro demasiado joven era débil, casi enfermizo, y una carga... Así que optó por matarla.

La destrozó, y desparramó sus órganos, como si un famélico animal hubiera dado cuenta de ella, y se escondió en una capilla cercana, medio derruida, donde aguardó pacientemente a que ocurriera el fatal hallazgo, mientras la luz del sol cobraba un matiz rojizo, que inundaba lóbregamente aquél lugar...

Y se echó a reír, mientras aquellos recuerdos se perdían en su mente, recordando los pedazos recortados y colgados en cualquier lugar, que, rezando con un léxico propio de un inquisidor, atestiguaba haber visto un aquelarre, y haber ofrecido en ritual a la chiquilla.

- Pobres humanos... - solía cantar - veis brujas, diablos... pero no la verdad...



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