miércoles, 1 de agosto de 2012

El Trono


Ginny estaba exhausta.

Respiraba afanosamente, sintiendo el cuerpo magullado y dolorido ; tenía ganas de descansar un poco y recobrar la cordura que había perdido, pero también deseaba seguir ; en su interior algo la desgarraba y la lanzaba a desear mucho, mucho más.

No podía imaginar qué pasaría al quedar todos exhaustos, y la apenaba en cierto modo.

Tal vez no se volverían a dirigir la mirada, o el ambiente se enrarecería ; eso sería muy violento.

O quizás todo volvería a la normalidad, cosa aún peor. Después de haber probado aquello, no se contentaría con nada más.

Además, sería muy triste tener que volver a una vida insulsa después de haber aprendido a pasarlo tan bien...

Rió entre dientes, ruborizada.

Empezaba a sentir frío, y, a pesar de que segundos antes se moría de ganas por un poco de aire gélido que calmase su piel, ya no le parecía tan buena idea.

Seguía muy húmeda, y se recreaba en aquellos dos hombres ; cuanto más recordaba, más hambre de ellos tenía.

Ron se había alejado un poco, caminando sobre la hierba mojada, y sin pensar en nada más que en aquella noche extraña.

Ya no sentía apenas remordimientos, con Hermione no había aquella conexión, ni mucho menos intimidad. Y con Ginny había una comodidad difícil de rechazar, así que la eligió a ella.

Por lo menos se había sentido mucho más querido y necesitado de lo que se había sentido junto a Granger.

Se giró hacia Severus, que andaba trajinando la cruz en forma de X ; repasaba los cierres de metal de cada esquina, y miraba con lujuria a Ginny, maquinando una nueva perversión.

El pelirrojo se acercó a Snape, curioseando, y sin decirse nada en absoluto, se miraron a los ojos, conversando en un lenguaje oculto que entendieron a la perfección.

- Pero antes, toma esto... - susurró Severus, ofreciendole una copa llena de un líquido bermellón.

Ron le miró ceñudo, preguntándose si era algún extraño brebaje.

Sin embargo, Snape le cogió de las manos, sin dejar que soltara la copa, y acercándosela a los labios, bebió de ella un trago, reservando una parte de líquido en su boca.

Sin soltar a Ron de las manos, se le acercó, y, sin previo aviso, le dió un beso, abriendose paso con su lengua, para dejar caer en su joven boca la bebida, que tragó sin remedio.

Tras aquel beso tan sucio, Severus le miró con una media sonrisa en el rostro y los ojos encendidos, y se dirigió hacia Ginny, que los llevaba observando un buen rato, y que, lejos de estar escandalizada o sentir repugnancia, estaba otra vez en plena ebullición.

Se retorcía intentando deshacerse de las ataduras que la sujetaban en una posición que ya empezaba a resultarle incómoda.

Snape desató a Ginny y la ayudó a bajar del potro, cogiendola en brazos y sosteniendola como si no pesara más que una pluma.

La llevó hasta la cruz, y, apoyándola contra su pecho para que no cayese, afirmó sus muñecas en los enganches, tras lo cual la dejó caer.

A Ginny le temblaban las piernas.

Haber estado durante tanto tiempo en la misma postura había hecho que ahora le costara mantenerse en pie.

Le dolían un poco las caderas y las rodillas, y se derrumbó cuando Snape le quitó el apoyo de su pecho, donde ella había dejado caer el peso de su cuerpo.

Por fortuna, los enganches que aprisionaban sus muñecas estaban a su vez enlazadas a unos pocos eslabones, de manera que podía sentirse relajada al tener un poco de flexibilidad, aunque a la vez la cadena no era muy extensa, así que siempre permanecería erguida.

Lo mismo había en los extremos inferiores ; en cada esquina aguardaban los cierres, ansiandopoder rodear los tobillos de la chica, que parecían se iban a romper en cualquier momento.

Snape besó a Ginny en los labios, mientras le acariciaba la mejilla con un dedo, y, tras eso, echó una mirada intensa mirada a Ron, que se sintió atravesar por una sensación extraña ; su líbido volvía a arder, y miraba con otros ojos al oscuro profesor.

Estaba sobreexcitado, las imágenes pasaban una y otra vez por su mente, llenas de pasión, lujuria y sexo desenfrenado.

Se acercó a Ginny, para concentrarse en ella a la vez que intentaba olvidarse del cuerpo desnudo de Snape.

La besó tímidamente, atento a los movimientos del contrario...


Capítulo 14 Perversiones

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