No se había detenido a pensar qué podría pasar cuando la vieran así, pero desgraciadamente todo se le escapó de las manos.
La madre, que estaba barriendo el porche, se quedó blanca por unos instantes, al ver a su hija en aquel estado ; poco después se echó encima de ella, casi tirándola del abrazo de Inuyasha, que, sin embargo, consiguió llevarla al interior de la casa, estirándola sobre el futón.
QUÉ HA PASADO? QUÉ LE HAS HECHO A MI HIJA? - sollozaba la madre, mientras intentaba acertar en los huecos del teléfono, marcando el número de su médico particular.
ELLA NUNCA DEBERÍA HABERTE CONOCIDO! NO HACES MÁS QUE TRAERLE PROBLEMAS! - ceñuda, le miró con rabia, arrollidandose a los pies de su hija, sabiendo que algo injusta estaba siendo, aunque eos sentimientos quedaban eclipsados a los pocos segundos al ver el rostro de sufrimiento de Kagome...
kagome seguia sumida en su pesadilla,nos e imaginaba si quiera que inuyasha estaba a su lado,su piel estaba muy palida y ardia en fiebre,sudor frio ebullia de sus poros,y seguia respirando agitadamente.
inuyasha estaba desesperado,pensaba que las personas que la curarian no tardarian tanto en llegar,no sabia que hacer,la madre de kagome seguia llorando como una loca,reclamos de ella para con inuyasha eran incesantes.
souta solo podia decir "hermanita,hermanita ,despierta!por favor...".
inuyasha pensaba en el error que habia cometido al tratar de incubrir a kikyou,ahora que su corazon era bil y corrupto,al parecer ya no habia bondad en su interior,solo ambicion...
Ambicion de tener a inuyasha a como de lugar, tal vez aquella madre desesperada por el estado de su hija tenia razon, pero ahora lo unico que podia pensar era en aquella mujer que se encontraba al borde de la muerte.
Sin pensarlo aparto a la madre de Kagome de su lado, camino hasta donde estaba ella y la abrazo... la abrazo como jamas se hubiera atrevido y al instante le dio un beso mezclado con sus lagrimas...
Kagome!-grito por simple desesperacion ante el asombro de todos- todo esto es culpa mia por favor no te dejes vencer...
Inuyasha seguía llorando, con la voz apagada y sus ojos cada vez más hinchados.
Luchaba para que el demonio que llevaba dentro no hiciera de las suyas, pero, por mucho que quisiera, casi era imposible.
La vena de sus cuello latía, hinchada, precursora de su transformación, y, sin explicaciones, soltó a Kagome, echando a correr hacia el pozo, tirándose de cabeza con una idea fija en lamente: matar a Kikyô.
El sabor de la sangre le empezaba a inundar la nariz, y sus sentidos caían cda vez más rapido en el olvido, sustituyendolos por la ira y las ansias de despedazar el cuerpo de aquella a la que en algún momento de sus recuerdos había matado.
Punto 04
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