Mis fics, que surgen de mi corazón y alma. PROHIBIDA la subida de cualquiera de mis fics. NO doy permiso a NADIE. Por favor, sírvanse en avisarme si ven esto subido por alguien que no es el autor (yo) Grax.
miércoles, 1 de agosto de 2012
Terma 02
Llegó corriendo a la estación, donde estaba Nobu a solas ; aquello le extrañó un poco, porque siempre que podía aprovechaba lo poco que tenía para estar con su novio.
¡Risa! – Nobu se alegró y corrió hacia ella - ¡Qué bien que hayas venido! ¡Ten! –
Le tendió un sobre con algo fino dentro.
¡Guárdalos, por favor, voy a buscar a mi novio! ¿Vale? – sonrió resplandecientemente, y Risa no pudo decir nada, ya que Nobu salió corriendo hacia el final de la calle, perdiéndose en la esquina.
Jo, y me deja sola… - suspiró, rascándose la nuca y echando a caminar hacia un banco de aquella mini estación de autobús rural.
Al poco escuchó unas pisadas, que la desconcentraron ; justo cuando había logrado pensar en otras cosas, con los ojos cerrados y tomando el solecillo…
¡Koizumi! – se puso en tensión inmediatamente - ¡¿Dónde andan los demás?
Movió la cabeza hacia el lado de donde provenía la voz jovial y sorprendida. Casi podía escucharse el ruido de los resortes, como si fuera un muñeco de teatro.
Eeeeh…. ¡Hola, Ôtani!... Pues… pues, no sé, Nobu estaba aquí pero fue a buscar a su novio… y los demás no sé…
¿ Y porqué no les llamas, tonta? ¿Esque no piensas? – respondió algo picajoso.
¡Cállate, pulga! ¡Y déjame en paz!
Sacó el teléfono y se dispuso a llamar, cuando casualmente empezó a sonar.
¡Hombre, qué bueno! – descolgó para oír la voz de Nobu. - ¡Justo iba a llamarte!
….
¿Nobu? ¿Hola?
Escuchó un suspiro, y su amiga empezó a hablar con un lamento.
Risa, perdona, pero creo que llegaremos tarde… mi novio aún no ha preparado la maleta, ¡ni siquiera se acordaba de que era hoy! – gimoteó un poco, y luego siguió hablando, algo más rabiosa. – Será mejor que vayais hacia el refugio, nosotros iremos más tarde. Así no habrá problemas con los boletos de regalo. ¡no sea que se echen a perder!
¿Qué? – su voz sonó estridente, y Ôtani cerró los ojos, como si eso le ayudara a pasar el dolor de tímpanos.
Ya me has oído, Risa, ¡no me defraudes! – y colgó sin mas, dejando a una Risa confundida y nerviosa, que mantenía el auricular pegado a su oreja, escuchando el tono átono de la linea.
¿Qué pasa, amazona? Tienes una cara muy rara… - preguntó jocosamente Ôtani, a lo que la chica no reaccionó.
"Uy… aquí pasa algo raro…" – pensó el pequeñazo, que se acercó más a ella, y, quitándole el teléfono, movió la mano libre ante la cara de la pelirroja, a ver si reaccionaba.
Como no fue así, optó por zarandearla, ya preocupado.
Eh… ¿Eh? – respondió distraída Risa, mientras sus ojos enfocaban a duras penas. – Ah.. aja… jajaja… - rió nerviosamente y tragó saliva, luego se deshizo de Ôtani dándole un empujón a la vez que daba dos pasos hacia atrás.
¡¿Pero, qué haces, enano? ¡No me zarandees de cualquier manera! ¿Es ésta la forma de tratar a tunovia?
Le miró entre rabiosa y apenada. Si esque al final siempre acababan tirándose de los pelos, y ahora le parecía la forma más "normal" de abordar el tema…
¡¿Cómo me has llamado, diosa de los gigantes? ¡Y si, así se tiene que tratar a alguien como tú! ¡Grrrr!
Obvió lo de la "novia" y la miró con ganas de estrujarle el cuello.
Risa se llevó una mano a la frente, como si estuviera aquejada de un gran dolor de cabeza.
Lo… siento.. – se disculpó, porque sabía que no había venido a cuento – Esque… estoy nerviosa, y he reaccionado así por costumbre.
Su voz sonó aún mas apenada que antes, y clavó su mirada a la carretera esperando que el autobús les molestará durante la conversación.
Koizumi… - se sorprendió. Bufó y después tomó aire, junto a mucha paciencia.- Está bien, dime, ¿Qué es lo que te pasa?
Risa jugaba nerviosamente con sus dedos, moviéndolos como si fueran hilos – titubeó, pero se decidió por fin a soltar la bomba.
Esque… dice Nobu que vayamos tirando porque su novio ni siquiera tenía la maleta preparada… ¡Se ha enfadado mucho con él! Y me ha pedido que nos adelantemos para asegurarnos el premio del boleto…
No miró a Ôtani, porque no sabía qué cara le pondría. Sólo esperaba que no se estropeara el viaje, y claro, que no se quedasen solos inoportunamente… aunque lo deseaba, tenía miedo… mucho…
Terma 03
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