Mis fics, que surgen de mi corazón y alma. PROHIBIDA la subida de cualquiera de mis fics. NO doy permiso a NADIE. Por favor, sírvanse en avisarme si ven esto subido por alguien que no es el autor (yo) Grax.
jueves, 2 de agosto de 2012
Muslos
Muslos
Capítulo 07
Se dio cuenta de que iba demasiado deprisa, así que emergió hacia ella, dandole un largo y azucarado beso, pero dejó que sus manos volaran por su cuerpo, deslizandose traviesamente entre el elástico de sus pantalones y su piel desnuda, tratando de desnudarla completamente.
- No te asustes.. Sabes que jamás te dañaría de ninguna forma.. Te amo demasiado.. Tsukushi… -
En un arranque de amor y ternura, la abrazó tan fuerte como pudo, mientras la cubría de besos para tranquilizarla. Y cuando pensó que ya estaba algo más calmada, siguió deambulando por su cuerpo, con ánimos de llegar hasta el final.
Por fín, ella le dejó hacer lo que quería. Lentamente, aunque peleándose con aquél trozo de tela, logró quitarselo, dejandola totalmente desnuda. O casi, porque la pequeña braguita estaba allí, separando lo poco que quedaba sin explorar.
Aguantó la respiración por un instante, mirandole fíjamente, y, musitando su nombre, lo estrechó entre sus brazos, aunque temblando.
Le dió un beso en el cuello, aspirando el aroma de hombre que emanaba de la piel de Tsukasa, que, desnudo, arrancaba leves chispazos de electricidad de su propia piel…. sin atreverse a mirarle a los ojos, muerta de vergüenza. Así que escondió su cara entre el cuello y el hombro del chico, obligándole a romper el poco espacio vital que el muchacho había dejado entre ellos en aquél momento.
Las chispas volvieron a saltar, aunque con más intensidad, y mil sensaciones empezaron a recorrer a Tsukushi, que notaba cómo empezaba a caer por una espiral. Le agarró con fuerza, apretándole aún más contra sí misma, y le dio un largo beso, con la intención de olvidar el pavor que empezaba a adueñarse de sus pensamientos.
Respondió aquél beso, tan tiernamente como pudo, y se deshizo de su abrazo, algo cansado de que lo mirase como si fuera un monstruo a punto de engullirla.
Delineaba su cuerpo, la besaba y acariciaba, suavemente, avanzando por sus muslos y llegando a su cintura, donde paró nuevamente, y, dándole un último beso fugaz, alzó la vista, cogiéndola de la barbilla para que le enfrentase, reflejándose en los ojos que le miraban con una mezcla de temor y rebeldía.
- Makino... sabes que te amo, ¿verdad?....
Tragó saliva, y sintió que podía morir en aquél momento, en sus brazos… y cerró los ojos, para dejarse llevar..
Susurro
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